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En el tercer año del reinado de Joacim, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén y rodeó la ciudad para impedir todos los suministros hacia ella.
2
El Señor le dio la victoria a Nabucodonosor sobre el rey Joacim, rey de Judá, y le dio algunos de los objetos sagrados de la casa de Dios. Él los trajo a la tierra de Babilonia, a la casa de su dios, y colocó los objetos sagrados en el tesoro de su dios.
3
El rey habló a Aspenaz, su oficial principal, a que trajera a algunos del pueblo de Israel, tanto de la familia real como de la nobleza,
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hombres jóvenes sin tacha, atractivos en apariencia, diestros en toda sabiduría, llenos de conocimiento y entendimiento, y cualificados para trabajar en el palacio del rey. Él debía enseñarles la literatura y la lengua de los babilonios.
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El rey les repartió una porción diaria de sus manjares y algo del vino que él bebía. Estos hombres jóvenes serían adiestrados por tres años, y después de eso, ellos servirían al rey.
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Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, algunos del pueblo de Judá.
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El oficial principal les dio nombres: a Daniel lo llamó Beltsasar; a Ananías lo llamó Sadrac, a Misael lo llamó Mesac, y a Azarías lo llamó Abed Nego.
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Pero Daniel decidió en su mente que él no se contaminaría con los manjares del rey ni con el vino que él bebía. Así que le pidió permiso al oficial principal para no contaminarse.
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Ahora Dios le dio favor y compasión a Daniel por el respeto que le tenía el oficial principal.
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El oficial principal le dijo a Danel: "Yo le tengo miedo a mi amo el rey. Él ha ordenado qué comida y bebida ustedes deben tener. ¿Por qué debe él ver que ustedes se vean peor que los demás jóvenes de su edad? El rey podrá mandar a cortar mi cabeza debido a ustedes."
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Entonces Daniel le habló al mayordomo, a quien el oficial principal había asignado sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
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Él dijo: "Por favor, pruébanos, tus siervos, por diez días. Dános solamente algunos vegetales para comer y agua para beber.
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Luego compara nuestra apariencia con la apariencia de los hombres jóvenes que comen los manjares del rey, y trátanos, a tus siervos, basado en lo que veas."
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Entonces el mayordomo acordó con él hacer esto, y los probó por diez días.
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Al cabo de los diez días la apariencia de ellos era más saludable, y estaban mejor nutridos que todos los hombres jóvenes que comían de los manjares del rey.
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Así que el mayordomo les quitó sus manjares y su vino y les dio solo vegetales.
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En cuanto a estos cuatro hombres jóvenes, Dios les dio conocimiento y entendimiento en toda literatura y sabiduría, y Daniel pudo comprender toda clase de visiones y sueños.
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Al terminar el tiempo establecido por el rey para hacerlos entrar, el oficial principal los trajo ante Nabucodonosor.
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El rey habló con ellos, y entre todo el grupo no había ninguno para comparar con Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Ellos estaban de pie delante del rey, listos para servirle.
20
En toda pregunta de sabiduría y entendimiento que el rey les preguntó, él los encontró diez veces mejor que todos los magos y aquello que clamaban hablar con los muertos, quienes estaban en su reino entero.
21
Daniel estuvo allí hasta el primer año del Rey Ciro.