Capítulo 4

1 Cuando Cristo Jesús venga pronto a reinar, Él juzgará a aquellos quienes todavía viven y aquellos quienes murieron. Y ahora Él y Dios están mirandome a mí como te ordeno a tí 2 a proclamar el mensaje de Cristo. Prepárate a hacer esto cuando es fácil de hacerlo y también cuando no sea fácil. Convence a las personas sobre que es lo correcto cuando ellos lo hayan hecho mal. Adviérteles a ellos a que no pequen. Aliéntalos a ellos a seguir a Cristo. Haz estas cosas como se las enseñas a ellos, y siempre estés dispuesto a esperar que ellos hagan lo mejor. 3 Te digo estas cosas, porque el tiempo vendrá cuando las personas no sigan lo que Dios en verdad enseña. En su lugar, ellos encontrarán muchos hombres quienes enseñarán que es bueno todo lo que deseen hacer. De esta manera , ellos siempre buscarán por algo nuevo y diferente para aprender. 4 Ellos pararán de escuchar a la verdad, y prestarán atención a historias tontas. 5 Pero para tí, Timoteo, controlate a ti mismo no importa lo que pase. Está dispuesto a soportar cosas díficiles. Haz el trabajo de predicar el Evangelio. Completa el trabajo que debes hacer para servirle al Señor. 6 Yo te digo estas cosas, porque pronto yo moriré y dejaré este mundo. Yo seré como la copa de vino que ellos derraman en el altar y sacrifican para Dios. 7 Yo soy como un atleta quien ha hecho lo mejor en un concurso. Yo soy como el corredor que ha terminado su carrera. Yo he hecho lo mejor para obedecer a Dios. 8 Ahora un premio está esperándome a mí porque yo he vivido de la manera correcta para Dios. El Señor me juzgará de la manera correcta. Y Él también lo dará a todo aquel quien espera ansiosamente para que Él vuelva otra vez. 9 Timoteo, trata de volver a mí pronto. 10 Demas me abandonó y volvió a Tesalónica, porque él ama mucho la vida en este mundo. Crescente fue a Galacia, y Tito fue a Dalmacia. 11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráelo a mí contigo. Haz esto porque él puede ayudarme a mí mucho. 12 Yo he enviado a Títico a Éfeso. 13 Cuando tú vengas, tráe la capa que dejé en Troas con Carpo. También tráe los rollos, específicamente aquellos hechos de piel de animal. 14 Alejandro, el obrero metalúrgico actuó muy mal hacia mí. El Señor lo castigará por lo que él me ha hecho. 15 También tú tienes que estar en guardia contra él porque él hizo todo lo posible para parar nuestra predicación. 16 La primera vez que me paré en la corte y expliqué mi trabajo, ningún creyente estuvo a mi lado para alentarme a mí. Todos se quedaron lejos. Quiera Dios no los haga responsables por esto. 17 Pero el Señor se quedó conmigo y me ayudó a mí. Él me hizo fuerte, así que yo hablé completamente su palabra y todos lo Gentiles la escucharon. De esta manera Dios me salvó a mí de morir. 18 El Señor me rescatará a mí de cada cosa malvada que ellos hagan. Él me traerá a mí a salvo a donde Él gobierne en el cielo. Que las personas lo alaben a Él por siempre. Amén. 19 Saluda a Priscila y a Aquila. Saluda a las personas en el hogar de Onesíforo. 20 Erasto se quedó en la ciudad de Corinto. Pero a Trófimo, yo lo dejé en la ciudad de Mileto porque él estaba enfermo. 21 Trata de venir antes de invierno. Eubulo te saluda a tí, también Pudente, Lino, Claudia, y todos los hermanos. Que el Señor esté con tu espíritu. 22 Sea Él gentil con todos ustedes. Amén.