Capítulo 2

1 Ahora quiero escribirles a ustedes sobre el tiempo cuando nuestro Señor Jesucristo regresará y cuando Dios nos reunirá junto con Jesús. Mis hermanos creyentes, les animo a ustedes 2 a pensar calmadamente sobre cualquier mensaje que haya podido llegar a ustedes. No importa si ese es un mensaje que alguien afirma que el Espíritu de Dios se lo reveló a él, o si viene de alguna persona, o si es una carta que alguien afirma que yo escribí: Yo no quiero que ustedes crean que el Señor Jesús ya ha regresado a la tierra. 3 No permitan que nadie los persuada a creer tal mensaje. El Señor no vendrá inmediatamente. Primero, muchas personas se rebelarán en contra de Dios. Ellos aceptarán y obedecerán a un cierto hombre quien pecará grandemente contra Dios, aquel quien destruirá todo lo que Dios ha hecho. 4 Él será el enemigo supremo de Dios. Él trabajará orgullosamente contra todo lo que la gente considera que es Dios y todo lo que la gente adora. Como resultado, ¡él incluso entrará al Templo de Dios y se sentará allí para gobernar! 5 Yo estoy seguro que ustedes recuerdan que yo seguía diciéndoles estas cosas mientras yo aún estaba con ustedes allí en Tesalónica. 6 También ustedes saben que hay algo que está impidiendo que este hombre se muestre a sí mismo a todo el mundo ahora. Él no será capaz de mostrarse a sí mismo hasta el tiempo que Dios se lo permita a él. 7 Aunque Satanás ya está secretamente haciendo que las personas rechacen las leyes de Dios, aquel que está impidiendo que este hombre se revele a sí mismo ahora continuará impidiéndolo hasta que Dios lo quite a él. 8 Es entonces que Dios permitirá a este hombre, que rechaza completamente las leyes de Dios, mostrarse a sí mismo a todos en el mundo. Luego el Señor Jesús dirá una sola orden que lo destruirá a él. Con solo mostrarse a Sí mismo a todos cuando Él regrese, Jesús hará que ese hombre se vuelva completamente impotente. 9 Pero antes que Jesús lo destruya a él, Satanás le dará a ese hombre un gran poder. Como resultado, él hará todo tipo de milagros sobrenaturales y actos asombrosos, y muchas personas creerán que Dios lo estaba haciendo capaz de hacer esas cosas. 10 Y haciendo actos malvados, ese hombre engañará completamente a aquellos condenados a perecer. Él será capaz de engañarlos a ellos porque no estuvieron de acuerdo en amar el mensaje verdadero sobre como Jesús puede salvarlos a ellos. 11 Así que Dios permitirá que este hombre fácilmente los engañe a ellos, por lo que ellos creerán lo que este hombre falsamente afirma que él es. 12 El resultado será que Dios juzgará y condenará a todos aquellos quienes rechazaron creer la verdad de Jesús, gente que en lugar de eso, disfrutó haciendo todo lo que es malvado. 13 Nuestros hermanos creyentes, ustedes a quienes nuestro Señor Jesús ama, nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes. Debemos hacer esto porque Él los escogió para estar entre las primeras personas en creer en la verdad sobre Jesús, entre las primeras personas que Dios salvaría, y para apartarlos a ustedes para Él mismo por medio de Su Espíritu. 14 Nosotros agradecemos a Dios que Él los escogió como un resultado de nuestra proclamación del mensaje sobre Cristo a ustedes, a fin de que Dios pueda honrarlos a ustedes en algunas de mas mismas maneras que Él honra a nuestro Señor Jesucristo. 15 Así que, nuestros hermanos creyentes, continuen creyendo fuertemente en Cristo. Continuen creyendo las cosas verdaderas que nosotros les hemos enseñado a ustedes cuando nosotros les hablamos a ustedes y les escribimos una carta a ustedes. 16 Nosotros oramos que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios, nuestro Padre—Él que nos ama y nos animará por siempre y quien amablemente nos hace esperar para recibir cosas buenas de Él— 17 ¡que Dios y Jesucristo juntos los animen! Y que Ellos causen que ustedes continuen haciendo y diciendo cosas buenas.