Capítulo 2

1 Hace mucho, varias personas entre los Israelitas pretendieron dar verdaderos mensajes de Dios, y la gente hará lo mismo con ustedes. Al principio ustedes no sabrán quiénes son ellos, y ellos pararán de confiar en Cristo; ellos empezarán a creer que el Señor no es importante, aunque Él fue aquel que los redimió a ellos. Pero pronto, Dios hará perecer a estos falsos profetas. 2 Y muchos creyentes imitarán como estos falsos profetas viven. De esta forma ellos insultarán lo que es cierto sobre Dios. 3 Ellos les dirán mentiras de tal manera que ellos harán dinero de ustedes. Dios no esperará mucho para que Él los culpe a ellos; ellos pronto perecerán. 4 Dios destruyó los ángeles que pecaron. Él los arrojó a ellos al peor lugar en el infierno y los aprisionó a ellos allí en la oscuridad en orden de mantenerlos a ellos allí hasta que Él los juzgue y les castigue. 5 Él también destruyó la gente que vivía en el mundo hace mucho. Él salvó a sólo ocho de ellos, incluyendo a Noé, quien era un predicador justo . Él hizo esto cuando Él destruyó por un diluvio a toda la gente malvada que estaban viviendo en ese entonces. 6 Él también condenó a las ciudades de Sodoma y Gomorra y entonces las quemó completas hasta hacerlas cenizas. Esto es una advertencia a aquéllos que después de todo vivirían así para deshonrar a Dios. 7 Pero Él rescató al sobrino de Abraham , Lot, quien era un hombre justo. Lot estaba grandemente estresado porque la gente en Sodoma estaban haciendo muchas acciones inmorales. 8 Ese hombre justo estaba en agonía porque todos los días él veía y escuchaba a aquellas personas malvadas que hacían cosas en contra de la Ley de Dios. 9 Y desde que el Señor Dios rescató a Lot, ustedes pueden estar seguros de que Él sabe cómo rescatar a gente que lo honra a Él, y cómo mantener a aquellos que no lo honran a Él listo para el tiempo cuando Él los castigará a todos ellos. 10 Él los castigará severamente, especialmente a aquéllos que hacen lo que ellos en sí mismos quieren hacer, cosas que los hacen a ellos desagradables a Dios. Ellos atrevidamente hacen lo que desean hacer; ellos hasta insultan los ángeles poderosos de Dios. 11 Diferente a esa gente, los ángeles de Dios no insultan a nadie frente a Él, ¡ni siquiera a ellos! 12 Esas personas que enseñan cosas falsas, quienes son como animales que no pueden pensar como nosotros, ellos dicen cosas malas sobre Dios, las cuales ellos ni siquiera saben. Así que Él los va a destruir como nosotros cazamos y destruimos animales salvajes que hasta la naturaleza no tiene uso de ellos. 13 Las cosas malas que ellos hacen los hiere a ellos mismos: ellos festejan y se emborrachan de día y de noche. Ellos son como manchas y sucio en la ropa que una vez estaba limpia. 14 Ellos quieren dormir con todas las mujeres que ellos ven. Ellos nunca pecan lo suficiente. Ellos persuaden la gente que no son muy fieles a Dios para juntarse con ellos. Así como los atletas entrenan para deportes, estas personas se entrenan a sí mismos para ser codiciosos. ¡Pero Dios los ha maldecido a ellos! 15 Ellos rehusan vivir como Dios quiere que vivan ellos. Ellos han imitado lo que el profeta Balaam, hijo de Beor, hizo hace mucho. Él pensó que él iba a actuar de una forma malvada y él ganó un premio por ello. 16 Pero Dios lo rependió a él por pecar. Y aunque los burros no hablan, Dios usó el propio burro de Balaam para hablarle a él con voz humana y parar su acción insensata. 17 Estas personas que enseñan falsamente son como primaveras que no dan agua; ellos son como nubes que pasan rápido por arriba antes de que ellas puedan dar lluvia. De esta manera, Dios ha reservado la oscuridad del infierno para esos maestros. 18 Ellos alardean sobre ellos mismos, pero lo que ellos dicen es digno de nada. Ellos persuaden la gente quienes recientemente se convierten en creyentes y quienes han ya cesado de hacer cosas malvadas. Ellos se persuaden a sí mismos para pecar de nuevo haciendo lo que sea que la gente pecaminosa hace. 19 Ellos le dicen que son libres de hacer cualquier cosa que quieran hacer. Pero ellos en sí mismos son esclavos quienes deben de obedecer lo que sea que su mente malvada les dice que hagan. Ciertamente una persona es un esclavo de lo que sea que le controle. 20 Pero supongamos que ustedes empiezen a conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y que ustedes dejaron de hacer las cosas que lo retenían de que Dios los aceptara a ustedes. Entonces supongamos de que ustedes empiezan a hacer esas cosas malvadas de nuevo, ustedes estarán ahora más difíciles de salir de ahí ahora, que cuando ustedes estaban al principio. 21 Hubiera sido mejor para ellos si ellos nunca hubiesen aprendidos a vivir en la forma correcta. Pero Dios los castigará a ellos aún más , desde que ellos han rechazado lo que Él les instruyó a ellos hacer, lo que nosotros los apóstoles les pasamos a ellos. 22 La forma en la que ellos se están comportando de nuevo es justamente como los proverbios que la gente dice: "ELLOS SON COMO PERROS QUE REGRESAN A COMER SU PROPIO VOMITO; " y ellos son como "cerdos que se han lavado a sí mismos y entonces ellos se lanzan de nuevo en el fango."