Las siete vacas flacas se comieron a las siete vacas gordas.
Las siete espigas flacas se tragaron a las siete espigas llenas.
Los magos y los hombres sabios del Faraón no podían interpretar los sueños del Faraón.
El jefe de los coperos le dijo al Faraón que un joven hebreo había interpretado correctamente su sueño y el sueño de otro compañero cuando estábamos en custodia.
José dijo que Dios contestaría los sueños del Faraón con favor.
José dijo que Dios estaba declarándole al Faraón lo que Dios estaba por hacer.
Las siete vacas buenas y las espigas representaban siete años de abundancia.
Las siete vacas flacas y las espigas representaron los siete años de hambruna.
Al Faraón se le dieron dos sueños porque el asunto había sido establecido por Dios, y Dios pronto lo haría.
José le aconsejó al Faraón que señalara a un hombre que tomara una quinta parte de las cosechas en los siete años de abundancia.
El Faraón dijo que el Espíritu de Dios estaba en José.
El Faraón le dio a José autoridad sobre la casa del Faraón y sobre toda la tierra de Egipto, el segundo después del Faraón.
José almacenó grano como la arena del mar, un cantidad que no se podía contar.
Los hijos de José se llamaron Manasés y Efraín.
Los siete años de hambruna eran por todas las tierras.
José abrió todas las casas de almacenamiento y vendió comida a los egipcios.
Toda la tierra vino a Egipto a comprar granos de José.